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  • Gabinete de Psicoterapia

La interpretación de los sueños

En 1900, apareció la obra más paradigmática de Sigmund Freud, ‘La interpretación de los sueños’. En ella, el creador del psicoanálisis expresó su teoría sobre este fenómeno y la técnica a emplear para llegar a descifrar qué se oculta detrás de nuestra agitada vida onírica.


Los sueños son manifestaciones complejas. Hoy en día se ha demostrado que todos los seres humanos soñamos, y lo hacemos varias veces cada noche. Y en su formación contribuyen tanto elementos externos (por ejemplo, los ruidos que se producen mientras dormimos), como internos, sean somáticos (por ejemplo, si nos sentimos mal) o psíquicos.


Este último elemento es fundamental para el psicoanálisis, que va a pensar el sueño como un acto psíquico que nos ‘envía’ mensajes cifrados desde nuestro inconsciente. A partir de ahí, para interpretarlo, es necesario que el soñante, en primer lugar, cuente el contenido de lo que ha soñado, por muy confuso o rocambolesco que pueda parecer. Esto dará lugar al relato del sueño y, sobre este relato, trabajaremos para poder llegar a desvelar lo que se oculta tras él. 


¿Cómo trabajaremos? Mediante la técnica que se conoce como la asociación libre, que consistirá en que la persona diga todo lo que se le ocurra sobre el sueño (o sobre los elementos individuales que aparecen) sin descartar ninguna ocurrencia, por muy trivial, disparatada, fuera de contexto o sonrojante que sea. 


Entonces, arrancará finalmente el camino de interpretación del sueño, que se basará en ver los significados ocultos que hay detrás de él, y que se realizará a partir de estas asociaciones libres del soñante y del conocimiento que el analista o terapeuta ya tiene sobre el psiquismo de la persona (no se puede analizar un sueño de alguien que acaba de empezar un psicoanálisis porque aún no se le conoce bien). 


Las distintas interpretaciones que generen un sueño nos llevarán a descubrir pensamientos tanto preconcientes como inconcientes de la persona, algunos de los cuales resultarán incómodos, desagradables o poco satisfactorios. Es por ello, justamente, que los sueños a veces son tan extraños y extravagantes: supone un mecanismo de defensa de nuestro psiquismo, que desfigura y disfraza estos pensamientos cuando duerme (lo que se conoce como el trabajo del sueño) para que nos dejen seguir descansando. 


[Extracto del texto que sirvió de apoyo a la charla-coloquio, con el mismo título, del 19 de octubre de 2023 en la Llibreria Tòmiris de Barcelona]






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